martes, 18 de julio de 2017

La primera noche juntos (Por Maresme 82).






Por fin había llegado, nuestra primera noche juntos en absoluta intimidad, una noche entera y sin prisas.
Yo ya había estado en el apartamento, antes, había dejado lo necesario y había dispuesto el escenario para después. El sitio elegido era un apartamento en Malgrat de Mar, fue el lugar donde la saborée por primera vez, donde nos besamos, donde me corrí en su boca, donde la ordené correrse para mi la primera vez, donde entre en su coño y en su culo por primera vez, donde la azoté por primera vez. Así que habías motivos para que fuera allí.
Pensando en eso me dirigí hacía el lugar donde habiamos quedado. Tenía unas instrucciones muy precisas.
El vestido rojo de la primera vez que fuimos a Zaragoza, los labios de rojo intenso, las braguitas mas de niña que tuviera y el plug metálico joya metido en el culo. Nos encontramos en la estación de tren. Un beso y un abrazo y empezamos a caminar en busca del restaurante. En  un ataque de deseo al pasar por un portal, la metí dentro, queria comprobar sin mis instrucciones se habian cumplido. Le levanté el vestido mientras la besaba llevaba esas braguitas rosas con florecitas y sin necesidad de meter la mano por debajo pude comprobar que el plug estaba en su sitio.
Nos fuimos al restaurante a cenar, nos sentamos, era divertido comprobar su incomodidad con el frio y duro plug clavándose en su culo. Le dije que pensara muy bien que pedir, que no queria nada en el plato o le pondria el culo tan marcado que no podria sentarse en una semana. La amenaza surgió efecto y dejó lo platos limpios. Con el fresco de la noche y dando un paseo, caminamos camino del apartamento, al pasar por el parque Francesc Macià, la tentación fue muy grande, la hice meternos dentro, aun habian niños jugando y algunos padres, también, buscamos un rincón apartado, allí la bese de nuevo y le dije al oido.
-Te falta el postre pelirroja, asi que de rodillas y ya sabes.
No tuve que repetírselo. Con ansia me desabrochó el pantalón lo dejó caer, sacó mi polla de mi ropa interior  y se puso a chuparla con la misma ansia, en un determinado momento la cogí del pelo y me puse a follarle la boca, mientras le decia que no quería que se desperdiciara ni una gota. Me corrí en su boca, y cumplio la orden, con su boca y su lengua limpió hasta la última gota. Nos levantamos, era gracioso verla tan elegante y con las rodillas manchadas de verde del césped.
Llegamos al apartamento, olía genial, nos volvimos a besar, pero enseguida le dije que se desnudara y se quedase solo con las braguitas puestas, me obedecio, me acerqué la cogi de los pezones con fuerza y le dije.
-Lo primero es pasar cuentas, por todo este tiempo, de travesuras, de tocarte si perrmiso, de no obedecer, etc, etc....Así que a mis rodillas, me senté en una silla, quería que se sientiera muy niña traviesa, que va a recibir una zurra por portarse mal. Le bajé las bragas, lo primero que hice fue jugar con el plug un poco, moverlo, sacarlo y volverlo a meter y entonces empecé a azotarla como a una niña traviesa que es lo que es a veces, el objetivo era enrojecer el culo, calentar, porque tenía otras ideas más perversas para el.
Cuando terminé le quité el plug, lo que debió ser un alivio momentaneo, la siguiente orden fue mas inquietante, que se levantara yo tambien me levante, le dije que apoyase las manos en el asiento de la silla, con la espalda bien doblada y el culo bien expuesto. Yo fui al armario y saqué algo aunque no podia verlo, rápidamente intuyó que era, al hacerlo sonar cortando el aire. Era una vara, con su forma de mango de paraguas fina y flexible.
-Pelirroja, van a ser unan docena de azotes, duros, es lo que te mereces. Calculé bien el recorrido y zasssssss el primer azote dejo una linea morada en su culo y la hizo gritar y moverse. Le ordené recuperar de inmediato la posición si no queria una tanda extra. La docena de varazos cayó de forma implacable en su culo, al terminar se podian contar perfectamente doce rayas moradas en su culo, pase mis dedos por cada una de esas marcas y le dije aun no hemos terminado.
-Túmbate en la cama, boca arriba con las piernas bien abiertas y dobladas.
Lo hizo, fui hasta el armario y guarde la vara y saqué una fusta, terminada en una fina tira de cuero de unos 5 cm....empecé a pasar la tira por su coñito precioso de niña.
-A ver si así aprendes a pedir permiso para tocarte. Seran 10.
Apunté bien, el objeto es que la tira de cuero golpeara su coño, golpe seco y primer fustazo, ella se estremeció, suspiró...pero fui inflexible, le cayeron los 10 fustazos en el coño, dejandolo bien rojo. Entonces deje la fusta, y con mi mano le masturbe el dolorido y enrojecido coño, con frenesí , la ordené correrse, lo hizo, varias veces....entonces le dije:

- falta la traca final. Te quiero a cuatro patas encima de la cama, con la cabeza tocando el colchón y con tus manos separando bien el culo, quiero tu ano bien expuesto. Lo hizo, sabia que era humillante pero tambien podia ver como le brillaba el coño. Volvia a coger la fusta y solo le dije.
-Los diez ultimos.
Apunte bien, la fusta debía impactar en su ano, diez veces mas, no use demasiada fuerza solo un golpe seco, suficiente para que pique mucho en una zona tan sensible, no se movió soportó la parte final del castigo. Al terminar le pedí que se mantuviera inmovil en esa posición me desnudé, me subí a la cama, le metí primero un dedo en su dolorido culo, despues dos y enseguida busqué con mi polla el estrecho agujero, otras veces había sido más cuidadoso aquel dia, no tuve miramientos, se la metí hasta el fondo y le follé el culo con más ganas que nunca, hasta correrme dentro de el, sin sacar mi polla de su culo, la volvi a masturbar con la mano, y le volví a ordenar correrrse.
Después, estuve curando con mucho mimos sus heridas de guerra y seguimos follando hasta casi el amanecer.

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