lunes, 6 de noviembre de 2017

Remedio casero contra el insomnio





A medida que vas cogiendo experiencia, ya la ves venir, vamos que sabes perfectamente cuando puede haber fiesta o no. Aunque ojo muchas veces, con verla venir no basta, una mala gestión puede llevar la fiesta a la guerra y no es plan. Se trata de aprovechar situaciones, pero tampoco forzarlas sino probar y a ver como resulta a sabiendas que por muchas ganas que tengas a veces toca replegar y esperar otra ocasión.

Yo sabía perfectamente aquel día que estaba ante una de esas situaciones. Había intentado mantener una conversación con ella aquel día, pero sus respuestas se habían limitado a monosílabas básicamente: no, si, vale, ok, bien. Síntoma evidente que algo pasaba por su cabeza inquieta, que no era bueno y que tampoco me lo quería contar aunque a su manera me lo hacía saber. Es aquello de no estoy bien que lo sepas, no me sale de ahí contártelo porque tengo un orgullo como la catedral de Burgos, así que si quieres descubrelo tú. Pero claro eso que lo fácil sería tomar una actitud en plan: "pues cuando quieras ya hablarás sino te envenenas antes" para un spanker muchas veces supone un reto.

Así que cuando llegué a casa aquella tarde, ya sabía más o menos que me iba a encontrar. No me equivoqué, ella en el sofá viendo la tele, un saludo frio y su cabeza en otro sitio. Tocaba un primer intento en plan amable, como si no me hubiera dado cuenta de nada.

-Que tal el día?
-Pufffff mal
-Vaya y eso?
-No me apetece hablar del tema, ya ha pasado,  ya está
-Muy bien, pero algo grave
-No
-Vale, si me lo quieres contar
-No
-Ok,  me voy a dar  un ducha y ponerme el pijama
-Muy bien

Me fui a dar esa ducha, me puse cómodo y segundo intento, me fui para la cocina y desde allí le dije:

-Te apetece una cervecita
-No gracias ya tengo agua
-Ok y algo de picar
-Tampoco

Me cogí una cerveza y me fui hasta el sofá ella seguía allí distante haciendo ver que miraba la tele.

-Que ves?
-Ya lo estas viendo

Estaba viendo un canal de esos temáticos

-De que va?
-No se, no le presto mucha atención
-Te pasa algo?
-Nada, joder pesado, solo quiero estar un rato tranquila no es mucho pedir imagino.

Le di un trago a la cerveza esa contestación, era ideal para tantear la situación

-Bueno tampoco es necesario que me contestes así
-Y que quieres, te he repetido ya mil veces que no me pasa nada.
-Ya, por eso contestas monosilabos o borde y ni tan siquiera sabes que estas viendo en la tele,  venga a darle vueltas al coco

Ni me contestó, como si no existiera, así que decidí forzar un poco más. Y cogí el mando y apagué la tele.

-Que haces?
-Apagar total no la estás viendo
-Si la estoy viendo
-No, te acabo de preguntar de que va el programa y ni lo sabes.
-Puffffffffffff, paso.

Se levantó con todo el orgullo por delante.

-Donde vas?
-A la habitación a ver la tele, donde nadie me  moleste.
-Ven aquí que quiero hablar contigo
-Paso de ti no lo ves?
-Ven aquí...

Ni se dio la vuelta, se fue para la habitación  y cerró la puerta dando un portazo, cosa que sabe que no soporto. Así que me levanté y para la  habitación cuando abrí la puerta se acababa de tumbar en la cama.

-Levántate y vamos al comedor a hablar como personas adultas
-No tengo nada de que hablar.
-Tengo que ir a buscarte? es lo que quieres?
-No, no estoy para juegos hoy
-Ni yo estoy jugando te lo vuelvo a repetir tengo que ir a buscarte?

Ahí estaba la clave en la respuesta, si hubiera sido un no, hubiera entendido que no, que realmente no había ganas, pero se hizo el silencio y eso era otra historia. Sin pensarlo dos veces, me fui hacia ella.

-No dirás que no te he avisado, has decidido portarte como una niña pataleando, pues muyy bien, para eso tengo una solución muy eficaz.

La cogí de las muñecas forcejeamos un poco, hasta que conseguí levantarla, y de la habitación al comedor, la llevé a azotes en el culo, hasta el sofá.

-Ya estás más tranquilita no? ya se te empiezan a bajar los humos? a que ya empiezas a tener ganas de hablar como una persona adulta?.

No dijo nada, solo se frotaba el culo de pie enfrente de mi, así que la cogí de la mano otra vez y a mis rodillas a ver si así se terminaba de quitar la tonteria. Empecé tal cual con la ropa puesta, pero con más ganas que un calentamiento al uso, y la tela de un pijama tampoco es lo que para. Pero claro una azotaina como dios manda, es con el culo al aire, asi que despues de un rato paré y para abajo pantalón del pijama, sé que para estar por casa y en pijama no suele usar ropa interior y aquel día no era excepción, cuando le bajé el pantalón el culo, ya tenía un bonito toque de color, pero aún tenía que subir mucho más, así que me puse manos a la obra con energía sin pausas, que picara, además sabia que no sería tan fácil, una cosa es hacerla ponerse en mis rodillas y otra distinta que se rinda y tenía bastante claro que por mucho que me empleara a fondo con la mano no bastaría, pero me encanta el tacto, el sonido, el efecto por lo que seguí hasta que se me cansó el brazo, me picaba la mano y su culo estaba como un tomate maduro. Pero ni una sola caricia le dije un seco "levantate y ve a buscar el cepillo". Hubo alguna duda resuelta con un par de azotes extra. Verla caminar con los pantalones a medio bajar y con el culo rojo camino del baño en busca del cepillo, es una visión excitante y a la vez humillante para ella. Que encima después me lo tenga que dar y volver a ofrecerme el culo para seguir ocupándome de el aun más.

Y así sucedió, de vuelta me dio el cepillo y se volvió a colocar en mis rodillas. Como sabía que iba a ir en serio y quería tenerla controlada, con la mano izquierda, le sujeté las suyas en la espalda y pasé mi pierna por encima de las suyas, para evitar movimientos. Entonces empecé con el cepillo, se que odia ese instrumento, pero es muy efectivo, y una buena con el calma a la fiera más salvaje. Empecé despacio y suave para ir subiendo intensidad y velocidad progresivamente, empecé a notar que hacía tensión con brazos y piernas, señal que empezaba a doler de verdad, paré un momento, y si por el tono de la piel del culo, tenía que quemarle, todo el rojo oscuro con zonas moradas, le solté las manos y quité la pierna, le acaricié un poco la espalda y los muslos, pero no el culo, aun faltaba la traca final, le cogí  una nalga con mi mano izquierda suave y la separé, puse el cepillo en la cara interna ahora descubierta de su nalga y le dí 6 o 7 azotes seguidos y rápidos, en esa zona especialmente dolorosa. Después hice lo mismo con la otra y otra media docena de azotes ahí. Entonces y solo entonces dejé el cepillo, al volverme ya tenía las dos manos en el culo y se frotaba con ganas, la dejé hacer un rato, hasta que le dije:

-Que yo sepa, no te he dicho que te podias frotar, pero ya que tienes las manos ahí, separa bien las nalgas...

No me hizo caso y siguió  frotando.

-Quieres que vuelve a coger el cepillo y siga?

Fue decir eso y hacerme caso, mostrandome su zona más pudorosa. Entonces junté los cuatro dedos de mi mano derecha y le dí 5 azotitos así en la zona anal bien expuesta, suaves pero humillantes. Al terminar le saqué las  manos del culo y empecé a acariciarselo yo con mucha delicadeza.

-Empiezas a contarme que te pasa?

Durante un rato se hizo el silencio, yo seguía acariciando su culo caliente y palpitante..Hasta que me dijo

-Llevo unos días durmiendo fatal y estoy todo el día de malhumor, irritable....
-Ya....y tanto costaba decirlo
-Es que para que, que puedes hacer tu...
-Mas de lo que crees, hoy vas a dormir como un bebé, ya lo veras, pero tal vez que cenemos algo primero.

Me levanté, ella se volvió a tumbar boca abajo en el sofa con el culo al aire. Preparé algo rápido de cenar, que nos comimos en el sofa. Al terminar le dije que me esperara en la cama, pero boca arriba. Yo fui a buscar crema, al volver, me senté a los pies de la cama y cogí uno de sus pies, me  unté las manos de crema y empecé a hacerle  un masaje en el pie, sin prisa dedicandome unos diez minutos, despues lo mismo con el otro. Al terminar le dije que si diera la vuelta, le quité la  camiseta y empecé a hacerle un masaje relajante por los hombros, los brazos, las manos, seguí por la espalda, hasta llegar al culo, ahí hice un salto para pasar a las piernas, que tienen sus trabajo, son largas mas de un metro y para terminar, el masaje con el culo, las nalgas ya algo descoloridas aunque con marcas para días, el ano, el perineo y finalmente su coño, ahí no necesite crema, ya la natural era suficiente, despues del masaje por fuera, empecé a hacerselo pro dentro con dos dedos, con la yema apuntando al colchón y apretando suavemente hacía abajo, para rozar con mas ganas ahi dentro, se corrió una primera vez, y vuelta a empezar, dos, tres, cuatro....hasta que paré, y volví a acariciarle el culo sin decir nada, solo caricias, escuchando su respiración relajada, hasta que se quedó dormida. Entonces la tapé y me acosté yo también.

Aquella noche no tuvo problemas de insomnio.


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